El nombre de «Betania» aparece en los relatos evangélicos como el lugar donde Jesús iba a descansar en la casa de una pequeña familia (Lázaro, Marta y María). Eran sus amigos a quienes tanto amaba.
Allí Marta servía y María escuchaba la palabra.
Lázaro fue resucitado por la petición y fe de sus hermanas Marta y María.
María de Betania rompió un frasco de nardo en los pies de Jesús y el perfume se extendió por toda la casa.