Espiritualidad
Pequeñas Hermanas de Betania
Jesús, nuestro deseo es juntas amarte siempre y procurar que muchos te amen, vivir tu mandamiento nuevo y deseo de unidad. Como esposas tuyas queremos gastar por amor nuestras vidas a tus pies, sobre todo, en tu presencia eucarística y en la acogida de quienes te buscan, derrochando el «ungüento» de lo que somos sin esperar nada a cambio, solo por agradarte y darte gracias por tu amor.
Las Pequeñas Hermanas de Betania vivimos consagradas a Dios como amor supremo, según el carisma de la Pequeña Familia de Betania, y, dóciles al Espíritu Santo, deseamos con alegría conformar esponsalmente nuestra vida con Jesucristo, en ofrenda total y exclusiva, mediante la profesión de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, unidas a María, Virgen y Madre, para el bien de la Iglesia y la salvación del mundo.
Deseamos ser de ese «gran número de almas pequeñas» que Santa Teresa del Niño Jesús pidió a Jesús (cf. Historia de un alma, final del Manuscrito B).
Pequeñas Hermanas de Betania