"La alegría del amor.
Caminemos familias, sigamos caminando. Lo que se nos promete es siempre más. No desesperemos por nuestros límites, pero tampoco renunciemos a buscar la plenitud de amor y de comunión que se nos ha prometido" (Papa Francisco).
Amar juntos a Jesús es la vocación de todo matrimonio cristiano.
Amar juntos a Jesús supone amarnos como Él nos amó, hasta el extremo, sin límites. Es la alegría de unir los corazones para que así nuestro amor a Jesús sea más grande.
Amar juntos a Jesús supone el deseo generoso de que más corazones le amen, colaborando con Dios creador en el don de la vida, los hijos.
Amar juntos a Jesús es tener un solo corazón y una sola alma para complacer y cumplir el deseo de Jesús “que sean uno”.
Jesús es el modelo de las miradas enamoradas siempre dispuestas al perdón. Jesús es el camino del amor a recorrer. Jesús es el impulso a un amor siempre mayor e incansable. Jesús es aliento con el Soplo de su Amor. Jesús es manantial del Amor del Padre, origen y meta de toda vida humana, que surge en el interior por el Espíritu Santo que se nos ha dado.
La vida matrimonial y familiar se transforma en una ayuda mutua para amar juntos a Jesús. Aquí está el secreto accesible de la felicidad matrimonial y familiar.
¡Amar a Cristo es el secreto de la santidad! (San Juan Pablo II, Homilía del 25 de abril de 2004)