Carisma: con María, amar juntos a Jesús y hacerle amar.
Evangelio: Las raíces de nuestra Familia se encuentran en el Evangelio. Nuestra vocación es Jesús. Nazaret-Betania-Pentecostés, «amaos como yo os he amado», «que todos sean uno… para que el mundo crea» (cf. Jn 13, 34; 17,
21).
Espiritualidad: vivir como hijos de Dios y hermanos en ayuda mutua para la santidad fraterna y
misionera:
Misión, desde la adoración de Jesús Eucaristía, «nos apremia el amor de Cristo» (2Co 5, 14), para servir juntos con alegría:
Forma de vida: como pequeña familia en la Familia de la Iglesia (laicos, vida consagrada y
clérigos), para ser un signo y favorecer una experiencia de la Iglesia en unidad. «Yo soy la
Vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto» (Jn 15, 5).
Manera de vivir: siendo acogedores, sencillos, orantes, fraternos y misioneros.
Modo de vivir, con «un solo corazón y una sola alma» (Hch 4, 32), los miembros de la PFBetania viven en:
La organización en la PFBetania es sencilla, orientada a la ayuda mutua en santidad y a posibilitar la misión por el camino del amor, imitando a Jesús que vino a servir y dar su vida (Mc 10, 43-45; Jn 13, 15).
Todos deseamos, como la Virgen María y San José, servir y amar a Jesús en el hermano/a en fraternidad:
Breve historia:
La PFBetania comienza, impulsada por el Espíritu Santo, en el año mariano de 1987. En distintos lugares, durante ese mismo año y sin conocerse, empiezan quienes con el tiempo, al encontrarse, se descubrirán con asombro modelados y unidos por un mismo carisma: la hna. Inmaculada inicia su vida consagrada, José y Cristina comienzan su noviazgo, y el P. José Luis, junto con otros, abren la casa de «Betania» en Orito.
Poco a poco, Dios ha entretejido con amor estas distintas formas de vida (laical, consagrada y sacerdotal), hasta hacer una pequeña familia eclesial, con una misma vocación y misión, y como ayuda mutua en el camino de la santidad.
En 2005 la PFBetania fue aprobada por el Obispo de Orihuela-Alicante, Mons. Victorio Oliver Domingo, como asociación pública de fieles.
El Obispo Mons. Rafael Palmero, el 27 de abril de 2010 dio inicio a las pequeñas hermanas de Betania, y el 16 de junio las aprobaba como nueva rama de vida Consagrada en la PFBetania.
Durante el jubileo de la Misericordia y 30° aniversario del inicio, en 2017, la PFBetania se renueva y consolida. Mons. Jesús Murgui, el 1 de octubre de ese año, nos dijo: «La Pequeña Familia de Betania sea camino de santidad, de santificación. Casa del Espíritu Santo, donde el Espíritu va modelando a cada uno de vosotros, como hizo con María, como hizo con cada uno de los santos que son obras de arte de Dios en la Iglesia».
Nuestro actual Obispo, Mons. José Ignacio Munilla, el 10 de marzo de 2022: «yo os digo en nombre de la Diócesis y en nombre de Jesús: ¡muchas gracias!, muchas gracias por ser fieles a lo que habéis descubierto, a esta perlita, a esta perla preciosa, que es una perla preciosa en la que Dios habrá pensado en vosotros para ser consolación para otras personas.
En vuestro entorno vais a encontrar personas que sufren, personas que viven en soledad. Todos necesitamos de Jesús, todos, todos... Todos necesitamos de Betania.
Y, entonces, yo solamente os digo una cosa: esta perla preciosa que habéis descubierto compartidla, "gratis lo habéis recibido dadlo gratis", es un tesoro, es el tesoro de la sencillez evangélica, ¡compartidlo!».
El Espíritu Santo sigue suscitando hoy el deseo de responder a la llamada de Dios Padre: con María, amar juntos a Jesús y que muchos le amen, uniendo nuestras vidas para difundir el perfume del Evangelio en el mundo.
¿Cómo formar parte de esta Pequeña Familia? Si te sientes llamado a esta vida, ponte en contacto con nosotros AQUÍ
Somos una Familia eclesial formada por sacerdotes, vida consagrada (pequeñas hermanas) y laicos, unidos todos por la misma vocación y misión: «con María amar juntos a Jesús, amándonos y procurando que muchos le amen».
Es Pequeña por el deseo de ayudarnos a caminar con santidad en el espíritu de infancia evangélica de Jesús, vivido por la Virgen María y los santos, especialmente Santa Teresa del Niño Jesús. Por eso, para complacer a Jesús y vivir en el corazón de la Iglesia que es amor, cada miembro de la Familia procura una confianza y abandono filial en Dios.
Y como aquellos tres hermanos del Evangelio (Lázaro, Marta y María), queremos ser y hacer una Betania para Jesús, donde siempre se le reciba con amor, se le escuche y se le sirva… Un lugar verdaderamente cristiano, donde los que se nos acerquen sientan el calor amoroso de Jesús: trabajar por hacer vida de nuestra vida el Evangelio. Y para Él, romper el frasco precioso de la oración y el amor fraterno que perfuma la casa de la Iglesia con la misericordia.