«Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15, 5).
Somos una Familia eclesial formada por sacerdotes, vida consagrada (pequeñas hermanas) y laicos, unidos todos por la misma vocación y misión: «con María amar juntos a Jesús, amándonos y procurando que muchos le amen».
Es Pequeña por el deseo de ayudarnos a caminar con santidad en el espíritu de infancia evangélica de Jesús, vivido por la Virgen María y los santos, especialmente Santa Teresa del Niño Jesús. Por eso, para complacer a Jesús y vivir en el corazón de la Iglesia que es amor, cada miembro de la Familia procura una confianza y abandono filial en Dios.
Y como aquellos tres hermanos del Evangelio (Lázaro, Marta y María), queremos ser y hacer una Betania para Jesús, donde siempre se le reciba con amor, se le escuche y se le sirva… Un lugar verdaderamente cristiano, donde los que se nos acerquen sientan el calor amoroso de Jesús: trabajar por hacer vida de nuestra vida el Evangelio. Y para Él, romper el frasco precioso de la oración y el amor fraterno que perfuma la casa de la Iglesia con la misericordia.