«Acordaos de vuestros guías, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida, imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre» (Hb 13, 7).
«A la luz del icono de la pequeña Virgen de Orito y de nuestros santos, que nos proporcionan luz para distinguir nuestro camino, que el Señor nos ayude a CONVERTIRNOS EN LLAMA, es decir, ser presencia significativa y visible que irradie su amor incondicionado al Señor y a quien desee beber de esta fuente. Para ello nos ponemos ante nuestro Dios en actitud de oración y nos dejamos iluminar por Él. Él es el Dios de Historia, de nuestra pequeña historia. Que sea el Espíritu quien ore en nosotros. Descubrámosle en nuestra pobre realidad personal y comunitaria».